El Sonido y los Decibeles

El sonido no es más que una sensación que podemos oír que se origina como consecuencia de las fluctuaciones alternas que recibe la presión del aire. Estas fluctuaciones las causan las ondas sonoras al propagarse.  

Las ondas sonoras penetran la pared del oído logrando que vibre la membrana de nuestro tímpano hasta que las captan las terminaciones nerviosas que están conectadas con nuestro cerebro y es cuando podemos asociar y comparar el sonido que estamos escuchando con sonidos previos y así se generan las sensaciones sonoras.

Las ondas sonoras son mecánicas por lo que necesitan del medio material para su propagación. Dependiendo del medio por el cual se propaguen las ondas sonoras, variará la velocidad en la que se transmiten. Por ejemplo, el sonido se propaga cuatro veces más rápido por el agua que por el aire, y por ejemplo en materiales sólidos, el sonido puede transportarse hasta cuatro veces más rápido que en el agua.

La luz se propaga muchísimo más rápido que el sonido y es por eso que durante una tormenta eléctrica, primero vemos el rayo de luz caer al suelo y luego se escucha el estruendo que ha causado.

Según la física, se define sonido como la variación de la presión que hay en el agua, aire o cualquier medio que detecta el oído. Y si nos explayamos un poco, el número de variaciones en la presión por cada segundo se lo llama frecuencia y se mide en Hz. La frecuencia es la variante de tonos de un sonido. Las frecuencias bajas las percibimos como sonidos graves mientras que las frecuencias altas las percibimos como sonidos agudos.

La presión del sonido y su energía se mide en decibeles = dB. Se trata de una escala que permite la medición del nivel de la presión sonora.

Nuestro oído puede identificar sonidos siempre que tengan un nivel mayor a 0dB, y pueden ser dañinos para la salud auditiva si se encuentran por arriba de los 120dB y puede hasta provocar que se roma el tímpano.

Los ruidos son definidos como sonidos no placenteros o que causan rechazo al oído humano. Es normal que nos alejemos de un ruido que nos molesta y que se encuentra a decibeles muy altos, pero puede que si se trata de un sonido que nos es placentero, no nos demos cuenta que podemos estar dañando nuestros oídos, por ejemplo al escuchar música. El problema de escuchar música a decibeles muy altos, no es solamente el nivel de los decibeles a los que se está expuesto sino también el período de permanencia ante esos decibeles y es lo que puede dañar nuestros tímpanos.

Muchas veces ocurre que en recitales, conciertos, partidos de fútbol, fiestas, u otro tipo de reuniones sociales, los decibeles de la música o parlantes se encuentran tan fuerte que puede al principio nos moleste hasta que nos acostumbramos y estamos exponiendo nuestros oídos a decibeles muy altos por muchas horas. Nos damos cuenta que nos hemos expuesto a decibeles muy altos, cuando por ejemplo salimos de una fiesta y nos sentimos como aturdidos o con un zumbido.

Es importante que te cuides de los sonidos y ruidos muy fuertes.