Es mucho más sencillo captar la atención de un auditorio cuando se logra la participación, ya sea a través de consultas, comentarios, o compartir experiencias en relación a la temática de la presentación.
Por otro lado, las presentaciones que incluyen imágenes suelen ser mucho más atractivas, por lo que es muy importante contar con un equipo de proyección. Éste puede utilizarse como herramienta para presentar datos puntuales como estadísticas, gráficos comparativos, o cualquier tipo de material audiovisual para reforzar la temática tratada y, a su vez, ofrecer variedad de contenido.
Exponer ejemplo, datos curiosos o cualquier tipo de información extra en relación al tema central de la exposición, siempre resultan favorables para captar la atención del público. Estos ayudan a que el auditorio se forme un escenario mental de la situación de que se habla, al mismo tiempo que, facilita la comprensión.
El cerebro humano necesita de la variedad. Lo que aburre o lleva a que la atención se disperse es la monotonía o la simetría absoluta. Por lo tanto, lo ideal es dividir la presentación en pequeños segmentos. El paso de un segmento a otro tiene que implicar alguna variación, como por ejemplo, hacer un momento de silencio, o introducir momentáneamente otro tema, para salir del tema principal.
La presentación puede incluir uno o dos impactos súbitos introduciendo cualquier factor que rompa con la linealidad de la exposición.
El humor también es un recurso excelente para captar la atención de un auditorio. Sin embargo, es importante utilizarlo en intervalos y no excederse ya que, de lo contrario, podría ocasionar el efecto inverso: la pérdida total de atención e interés.
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